Conteo regresivo para un nuevo despegue.

Daniel Alejandro Ruiz Morales
23 de noviembre de 2011 ·
Ummm hoy ha sido un buen día para mis estudios empiezo a entregar mis responsabilidades para empatar con las que adquiero al irme para Bogotá.


Hoy hice el ejercicio de revisar el historial de mi muro de Facebook y encontré éste mensaje que hace cuatro años redactaba, estaba a punto de partir hacía otra ciudad, en ese momento cerraba ciclos y organizaba todo para la nueva aventura. En una rápida evaluación vi como las cosas que escribía antes y después del viaje son contrastantes; como conserve una falta de disciplina que aun me aqueja sin embargo, hoy por hoy es menor. Entiendo así, que los viajes transforma para mejor, cambian y amplían la forma de ver la vida. Diría que el logro fue una madurez alcanzada gracias al viaje que otros destacaban pero yo no percibía. 

Ahora estoy a punto de emprender un nuevo viaje, me siento motivado y seguro que voy a dar lo mejor de mi, aunque el proceso ha venido mas cargado de presión que el anterior. Ya por primera vez en mucho tiempo tengo un panorama muy claro de lo que quiero y para donde voy. Estudiar arquitectura en la Nacional de Medellin y hacer mi maestría en Historia y Crítica de la Arquitectura, Diseño y del Urbanismo en la Universidad de Buenos Aires. Y preferiblemente regresar a mi país, claro viajando mucho por todo el mundo. Pero esta vez no hay un grupo de amigos planeando una celebración/despedida porque voy a vivir en Bogotá y a estudiar en UniAndes. Con los días deconstruyo y construyo relaciones nuevas con las personas, los objetos, las instituciones, el medio ambiente, lo social, conmigo mismo; de ese grupo anterior quedan los buenos recuerdos y la posibilidad de volvernos a encontrar. 

Después del viaje a Bogotá me queda claro que el desprendimiento es una practica que se ha venido revolucionando en mí desde entonces y soltar la carga si acelera el paso. Se ha convertido en un habito, ahora solo falta la disciplina y el camino al éxito esta asegurado. 

En una retrospectiva mas corta hace un año me mude a la ciudad de Cali definitivamente. Es tal vez esa intermitencia de vivir a las afueras y en la ciudad misma lo que desarrolló mi gusto por lo urbano. Desde entonces no uso Internet, TV por cable, ni teléfono en casa. Un año sin Internet me permitió depurar distracciones, leer temas atrasados, reencontrarme con las personas, con la vida fuera de las pantallas, en síntesis  Ahora que regresa el Internet mi mirada es diferente y empece a usarlo como una herramienta para observar los cambios. Debo admitirlo borré cosas del pasado que no quería que estuvieran mas, otras simplemente las oculte y algunas decidí conservar.  

Lo que me gusta de ésta reflexión es que no es sobre mis relaciones de pareja,  sobre mis amistades, sobre lo que he logrado o no. Es sobre mi de una manera más centrada y objetiva, mas imparcial que lo acostumbrado, sin reprocharme, mas bien proponiendo a hacerlo  mejor. Mis expectativas, mis deseos están ahora asimilando lo que significa llegar a una ciudad que ha generado sentimientos ambiguos en mi, admiración  y duda, por la manera en que ha logrado su gran alza. Sin embargo, ya me he despojado de tantos prejuicios y la aprecio y la valoro, me he quedado mas con el primer sentimiento y desde ya agradezco el que me acoja. Dejo medio corazón en Cali/Valle del cauca, donde ésta mi familia, mis muertos, mis recuerdos, Y llevo las herramientas necesarias, las ansias de aprender, los disponibilidad de crecer y sobre todo la actitud para vivir a Medellin.  

Por ultimo, no sé claramente si esto es de mí post Bogotá, una reflexión de este año, de los últimos cinco o si es una reflexión que tenía postergar después de haber cumplido 25. Si esto es así ahora, no logro imaginar como será la crisis de los treinta, sin embargo voy a dar todo para lograr evolucionar como un día me dijo mi hermano. 

Mis gracias infinitas son para mi familia, mamá y hermano, quienes tienen un amor infinito por mi. 

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